Sara Montiel destronó a Clark Gable cantando ‘El último cuplé’ en el Gran Hotel

25.01.2022

La película de Cifesa se proyectó durante 23 días, desbancando a otros filmes míticos como 'Lo que el viento se llevó' o 'Siete novias para siete hermanos'

Anuncio del estreno en La Voz de Albacete.

Sala del Cinema Gran Hotel. / AHP


Un vecino de la capital acudió a verla todos los días, y en algunas ocasiones, hasta dos veces, convirtiéndose en un fenómeno sin precedentes


Nadie o casi nadie. Ni los más expertos cinéfilos podían imaginar lo que sucedió en los años 50 con una película de bajo presupuesto, que tuvo que luchar contra la censura y alguna que otra denuncia de un destacado aristócrata ruso que se dio por aludido, y en la que una actriz de carrera fulgurante en las américas se estrenaba como cantante con una voz grave lejana a las que hasta ese momento mandaban en el panorama musical de esta piel de toro.

Hablamos de El último cuplé, la película dirigida por Juan de Orduña y con la que Sara Montiel, la actriz manchega más universal fallecida el 8 de abril de 2013 en Madrid, escribió una de las páginas más curiosas de la historia del cine en España y, por ende, en Albacete. Corría el año 1957, mayo para más señas, cuando se estrenó en el Cinema Gran Hotel albaceteño esta película en la que el papel más que protagonista lo encarnaba Sara Montiel como María Luján, junto con un recuperado para el cine Armando Calvo, que interpretó a Juan Contreras.

El argumento nos presenta a una cupletista en decadencia, María Lujan, que realiza un repaso a su vida en una conversación sincera con Juan Contreras, antiguo admirador y primer empresario que apostó por ella. Así, en un flash-back continuo, la artista narra sus comienzos como corista, su triunfo en España, París e Hispanoamérica en los locos años 20, los diversos hombres que la acompañaron, sus devaneos por las salas de juego francesas y, por último, su vuelta a España, ya enferma, tras la Segunda Guerra Mundial para trabajar en El Molino, un cabaret de Barcelona, ciudad en la que, precisamente se rodó esta cinta aprovechando unas vacaciones de la actriz de Campo de Criptana de su periplo hollywoodiense.

La película, estrenada el 15 de mayo de aquel 1957 -apenas una semana después de su première mundial, el 6 de mayo de ese año en Madrid- fue sustituida en la cartelera el 8 de junio. El empresario de la sala del Altozano, José Pérez García, tuvo que retrasar otras proyecciones -levantar, en el argot cinematográfico- ya programadas, como la británica Siete esposas para un marido con Rex Harrison; la italiana Aida con Sofía Loren; la norteamericana Trampa de acero, con Joseph Cotten, y la española Susana y yo, con Abbe Lane, que fue la que relevó a la mítica cinta de Orduña.

La publicidad sobre la película de Sara Montiel en el periódico local fue constante, así como las noticias sobre su éxito,

Hasta el estreno de esta película de la Montiel -nacida el 10 de marzo de 1928-, el filme que había batido la marca de permanencia en el cartel era Lo que el viento se llevó, con Clark Gable, que aguantó 19 días; después, Siete novias para siete hermanos, del director Stanley Donen, que se proyectó durante 15 días, y Un caballero andaluz, con Jorge Mistral y Carmen Sevilla, que se mantuvo 14 días aunque en estos casos coincidió su estreno con los días de Feria y la asistencia al cine era mayor, según publicaba por aquel entonces el rotativo local La Voz de Albacete.

Tal fue el impacto de esta película que el periódico albacetense se atrevía a asegurar que estábamos ante "un caso sin precedentes que merece ser destacado entre los hechos sobresalientes de la historia de la ciudad", ya que "el cine también cuenta como arte, y el carácter de acontecimiento que viene siendo la proyección de este film es digno ser registrado".

Una locura

Los espectadores viajaban desde todos los pueblos de la provincia y algunos desde Cuenca para ver expresamente la película. Uno, en concreto, la presenció todos los días y dos en doble sesión de tarde y noche. Otro espectador la llegó a ver 18 veces. Y un sinfín de aficionados la admiró más de una vez. Cada día que estuvo en cartelera se proyectaba con pases diarios de 5, 7, 9.10 y 11.15 de la noche.De todas maneras, volvería al Cine Capitol de la capital albacetense el 9 de septiembre de aquel año durante toda la Feria.

En Madrid estuvo durante meses y meses en el cine Rialto.

La crítica de la cinta la escribió en La Voz de Albacete Demetrio Gutiérrez Alarcón, quien señaló que "con un título que huele a folklore desde lejos, El último cuplé nos sorprendió agradablemente, casi inesperadamente, aunque en realidad el nombre de Sarita Montiel ya era una garantía".

"Sara Montiel lo es todo en este film de Juan de Orduña, admirablemente dirigido, muy bien llevado. La interpretación de Sara es sencillamente insuperable. A su belleza espléndida, la estrella de Criptana une un arte lleno de matices, hipersensible, naturalismo emotivo. Sara Montiel vive a la cupletista, plenamente identificada, con donaire nada común. Y además, nos muestra una faceta desconocida hasta ahora, su voz, una voz melodiosa, si no potente, con estilo personal, agradable", añadía la crítica de Guti, apuntando por último: "Creemos sinceramente que el cine español cuenta con una figura de primera magnitud, capaz de competir con los nombres más famosos del cine italiano", añadía.

Aunque este éxito en Albacete no fue una excepción, y de hecho, según escribió Fernando Méndez Leite en su Historia del cine español en 100 películas, El último cuplé se mantuvo un año en cartel en Madrid a llenos diarios. Las emisoras de radio retransmitían continuamente las canciones que Sarita interpretaba en la película y por todas partes se oía a la gente cantar Nena, Fumando espero o El relicario.

Un supuesto aristócrata ruso, Vladimiro, demandó a la distribuidora Cifesa por sentirse aludido en el papel de Alfredo Mayo, lo que provocó el estreno de una comedia paródica con el título El pleito del último cuplé y tanto estuvo la película en el Cine Rialto de Madrid que a consecuencia de la lluvia y el aire se tuvo que sustituir el gran cartel que anunciaba la cinta por otro, anécdota insólita en la historia de la exhibición en España.

Por cierto, cuando Sara Montiel aceptó rodar El último cuplé hacía sólo unos meses que había visitado en Bonete al médico que le curó de tuberculosis, Julián Hijón, causando una gran expectación no sólo en esta población manchega, sino también en la capital, donde los medios de comunicación lograron entrevistarla. https://www.cuentosdecine.es/l/cuando-sara-montiel-visitaba-a-su-familia-albacetense/

Y otra anécdota respecto a esta película. El último cuplé fue ofrecida a Carmen Sevilla, que no la pudo interpretar porque se había comprometido con La Venganza de Juan Antonio Bardem, película que se rodó en nuestra provincia. https://www.cuentosdecine.es/l/bardem-y-su-troupe-tomaron-albacete/

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