Cuando las multisalas llegaron: El fin del cine como lo conocíamos
La ciudad llegó a tener más de 30 salas, lo que supuso el cierre de los clásicos Goya, Carlos III, Gran Hotel, Capitol, Cervantes, Candilejas o Palafox

Multicines Albacenter, las primeras multisalas de la ciudad. / JME
El 11 de octubre de 1996, viernes, se escribió la primera página de un nuevo capítulo en la historia del cine de Albacete. Fue ese día otoñal cuando abrieron en la ciudad las primeras multisalas, los hipermercados del séptimo arte. A partir de ese momento, en esta capital manchega cambió la forma de ir al cine, atrayendo a nuevos aficionados y aficionadas por la espectacularidad de los equipos de exhibición o por la amplia oferta de películas en un único lugar, sin necesidad de ir de un sitio a otro, cuando las salas se distribuían por el casco urbano.
Fue la empresa Salzillo la que dio el primer paso en este cambio de paradigma con la puesta en marcha de Multicines Albacenter. La compañía exhibidora, todopoderosa en este negocio en la ciudad al gestionar en ese momento la práctica totalidad de las salas tradicionales, arriesgó. Y visto lo visto, el paso del tiempo no le dio la razón. La competencia creció sobremanera y sus multicines fueron los primeros en caer.
Ventajas y desventajas
La novedad tenía sus pros y sus contras, como escribió el periodista Carlos Gutiérrez, quien, en el Semanario Crónica, dijo, por aquel entonces, que sería cuestión de acostumbrarse: "Seguro que será más cómodo llegar con el coche y tener aparcamiento garantizado, cafeterías para el tentempié o la cena rápida, butacas de diseño y sonido ultratecnológico. Todo el mundo terminará por habituarse y, en un par de décadas, será cuestión de batallitas contar que había cines en el centro de la ciudad, como ahora es lo de las matinales y las películas de romanos y del Oeste, indefectiblemente unidas".
Y a este respecto, no sin nostalgia, apuntaba el periodista, firmando este artículo como Kaxiefes, que al menos las salas tuvieran subtítulo, "porque un cine debe tener nombre de rey, de pintor o de general independentista, por poner unos casos. Todo lo natural que podía sonar lo de vamos al Teatro-Circo es aborrecible el ¿Te vienes a la Sala 3 del hiper tal?; si no hay más remedio, habrá que ir al cine de los hipermercados, pero que conste que, por el momento, a regañadientes".


Otras dos imágenes de las primeras multisalas albaceteñas. / JME
La mañana de la inauguración todavía se daban los últimos retoques a estos cines para acondicionar un enorme espacio en el Centro Comercial Albacenter. La inauguración oficial fue el 10 de octubre, con la presencia de las autoridades, en un acto que contó con la presencia glamurosa de la limusina de Bette Davis -o al menos, así la presentaron- y la mascota del Centenario del Cine, el popular Cinecito, encargado de recibir a los invitados e invitadas.
Nació como el mayor complejo cinematográfico de Castilla-La Mancha, según aseveró el consejero delegado de la empresa promotora, Pedro Gimeno. Se ofrecían 1.500 butacas, con siete salas cuya capacidad oscilaba entre las 100 y las 302 localidades. Además de los negocios de restauración, los nuevos cines disponían de tres taquillas. Con esta incorporación, Salzillo ya controlaba 80 pantallas en Albacete, Murcia y Castellón.
Mucho cine para entonces en esta ciudad, ya que las nuevas salas se sumaban a las tradicionales que ya dirigía Salzillo, desde Goya y Carlos III, pasando por Capitol y Cervantes, además de las Candilejas, de las que esta empresa murciana también gestionaba su programación. Pero Gimeno ya vislumbraba que no había público para tanta película, y ya presagiaba los primeros cierres.


Aspecto de los cines Goya y Carlos III, de la empresa Salzillo, pasaron a ser de propiedad municipal cuando cerraron. / JME
Curiosamente, el encargado de dirigir la inauguración fue un clásico de la crítica cinematográfica albacetense, el maestro José Antonio Tendero, quien, como siempre, con sus sabias y precisas palabras elevó la categoría cultural de esta carta de presentación de los cines del Siglo XXI. Con el tiempo, quien se apodara Harold en sus críticas en La Voz de Albacete y, con el tiempo, en Cope Albacete, desistió de ir al cine como consecuencia de la eclosión de las multisalas. Según afirmó, había renunciado a una de las grandes aficiones de su vida -junto con la lectura diaria del ABC-, porque se negaba a ir de excursión para acudir al cine.
La primera cartelera de las Multisalas Albacenter la compusieron los siguientes títulos: Jóvenes y brujas, Mulholland Falls, La canción de Carla, Reacción en cadena, Beautiful Girls y Phenomenon.
Imágenes de los cines Candilejas y Palafox, que no pudieron superar la competencia de las multisalas. / DEL LIBRO 'LA AVENTURA DEL CINE'
Y la primera víctima de las nuevas salas fue el Cine Palafox, gestionado por Antonio Fernández Galindo, quien, tras varias etapas y con diversas propuestas, no pudo superar la competencia monopolística. El 18 de noviembre de 1996, este David de la exhibición cinematográfica no pudo hacer frente al Goliat, en aquel entonces, Salzillo, tras 13 años con su sala, que tuvo dos entradas, primero, por Francisco Pizarro y, finalmente, por Ríos Rosas.
El otro David de esta historia fue Manuel Sánchez Gregorio, que se aventuró en 1986 con su cine Candilejas, que comenzó sus proyecciones el sábado, 4 de enero, con un clásico, La vuelta al mundo en 80 días, presentando su sala como El nuevo cine del barrio de la Estación. Pero su amor por el cine y el que supo transmitir a su familia, y a pesar de intentarlo todo -Sala X y ampliación como pequeñas multisalas-, terminó por echar el cierre en 2010.


Los multicines Ábaco abrieron en el centro comercial Los Llanos. / JME
En aquel momento, ya se atisbaba un nuevo proyecto de multicines, impulsado por la compañía Ábaco, procedente de Valencia. Y lo cierto es que no tardó en llegar ese complejo. Apenas un par de meses después de la apertura de Albacenter, el 6 de diciembre de 1996, viernes, y en el Centro Comercial Los Llanos, con Pryca como cabeza tractora, abrieron sus puertas las nueve salas que conformaban esta nueva propuesta. En torno a 1.700 butacas que formaban parte de la zona de ocio de este centro comercial, junto a comida rápida y un centro de entretenimiento familiar con equipos de realidad virtual, que generó medio centenar de empleos y una inversión cercana a los seis millones de euros.
Para comenzar, la primera multicartelera ofreció: Sleepers, Fugitivos encadenados, Fanático, Un padre en apuros, Moll Flanders, Taxi, Memoria letal y El jaguar. Y entre las novedades, sesiones de madrugada los fines de semana, proyección automatizada, butacas anatómicas, 150.000 vatios de sonido… "Vengo a demostrar que mis cines son los mejores", afirmó como carta de presentación el responsable de Ábaco, Manuel Ramírez, para lo que la inversión por butaca fue de 250.000 pesetas, 1.500 euros de hoy en día.
De esta manera, y con esta contundente frase, llegó a la ciudad la nueva compañía, consciente de que aterrizaba en una población en la que eran muchos, o quizá demasiados, los cines: 22 salas con las nuevas. A juicio de Ramírez, a más oferta, mayor número de espectadores, una ecuación que, de partida, parecía bien planteada, pero el cuento de la lechera también funciona en el negocio de la exhibición cinematográfica. Ábaco puso toda su confianza en los, por entonces, 10.000 universitarios que estudiaban -y salían- en el Campus de la UCLM en la ciudad. Pero, de nuevo, el tiempo no le dio la razón.



Los cines Yelmo de Imaginalia llegaron en 2005. / JME
El siguiente capítulo en esta alocada historia empresarial llegó con el Centro Comercial Imaginalia y la puesta en marcha de otro complejo de multisalas, Yelmo Cineplex, compañía que controlaba para entonces 300 pantallas en toda España. Fue el 2 de diciembre de 2005 cuando este nuevo centro cinematográfico echó a andar, con una plantilla inicial de 30 personas, y que sus promotores definieron como el mayor y más avanzado de Castilla-La Mancha.
La oferta era de 2.660 butacas, repartidas en una docena de salas en grada, distribuidas sobre una superficie de 4.500 metros cuadrados, con sonido Dolby Digital SR Surround Triamplificado, equipos de proyección Cinemecánica Victoria 5B-4.000 y pantallas gigantescas. Y todo ello, tras una inversión de 13 millones de euros para ofrecer la mejor propuesta cinematográfica posible a los albacetenses, según declaró el directivo de la compañía Rafael Urío, quien eludió en las palabras de presentación del complejo la competencia que suponía Yelmo Cineplex en Albacete, y que supuso la caída del resto de multicines.
La primera cartelera la conformaron los siguientes títulos: Oliver Twist, Ojalá fuera cierto, Más allá del odio, Harry Potter y el cáliz de fuego, Chicken Little, En sus zapatos, La leyenda del Zorro, Match Point, La novia cadáver, El método, El jardinero fiel, El exorcismo de Emily Rose y Plan de vuelo: Desaparecida.
Y con esta apertura llegó el 26 de octubre de 2006 el primer gran cierre: los multicines Albacenter. La competencia, primero, de Ábaco, y luego de Imaginalia -y lo que estaba por llegar- supuso la puntilla para el primer proyecto de multicines de la ciudad, promovido por la empresa Salzillo, y cuyo último gerente, Juan Manuel de la Encarnación, con más de 30 años en esta compañía, justificó el cerrojazo por la existencia de más de una treintena de salas, cuando una década antes no llegaban a media docena. Aunque, en el fondo, desde la empresa se deslizaban otras causas relacionadas con los compromisos municipales. El caso es que estos cines cerraron, dejando en la calle a media docena de trabajadores, y con El laberinto del fauno o Alatriste entre sus últimos títulos.

Viñeta publicada por Bernardo Goig en La Tribuna a propósito de la proliferación de los multicines.
El complejo de Ábaco aguantó otros tres años, hasta el 14 de enero de 2009. Eran los primeros días del nuevo año cuando los cines de Pryca cerraron, pero mantuvieron el tipo hasta el final con una amplia oferta cinematográfica, con cintas como Bolt, El libro de las aguas, El intercambio o La leyenda de Santa Claus. Punto final a una aventura que duró 13 años.
Aunque era la crónica de una muerte anunciada, la clausura de este complejo no dejó de sorprender, incluida la plantilla. "Siempre sorprende", contaba el gerente de Ábaco en Albacete, Antonio Aroca. Junto a él, otros 11 trabajadores formaban la plantilla, aunque en sus mejores momentos estos cines llegaron a contar con una veintena de empleados, apuntó Aroca a modo de despedida.
Los mejores tiempos de estos cines se vivieron a finales de la década de los 90. La afluencia de público era notable, aunque nada parecido al fenómeno vivido en 1998, con la proyección de Titanic. En sus últimos tres años de proyecciones, los cines Ábaco experimentaron una caída significativa en la afluencia de público, de 3.500 a 500 personas los sábados.
De nuevo, los responsables de la compañía achacaron a la apertura de nuevas multisalas en otro centro comercial, Imaginalia, la reducción del público, y todo, a pesar de que Ábaco redujo el precio de las entradas e hizo mejoras. En aquel entonces, incluso se barajó la posibilidad de que fuera Ábaco la empresa que abriera las salas de la nueva Estación del AVE, aunque finalmente el gato al agua se lo llevó otra compañía.

Los últimos multicines que abrieron sus puertas fueron los Yelmo de Vialia. / JME
Durante meses se barajaron precisamente varias empresas como posibles titulares de los cines de alta velocidad, incluida CineBox. Al final, no fue la compañía levantina la que puso en funcionamiento el complejo, sino Yelmo. Fue el 16 de septiembre de 2011 cuando los nuevos proyectores comenzaron a apuntar a las siete pantallas de Vialia, ofreciendo 1.500 butacas, con equipos 4K, lo que cuadruplicaba los píxeles respecto a otras propuestas exhibidoras, junto con proyecciones en 3D. Entre las curiosidades de los nuevos cines, una de las salas más grandes de España, con 520 localidades.
Una de las grandes bazas que jugaba la compañía, según confesó Enrique Martínez, director técnico de Yelmo Cines, era su cercanía al centro urbano, lo cual era muy conveniente para facilitar el acceso al público, que, en el caso de los albaceteños, fue definido como "muy cinéfilo".
Y esta es la larga y compleja historia de las multisalas en la ciudad. Unas fueron acabando con otras. Pero el relato no acaba aquí. Excepción hecha del Capitol, salvado por el alcalde Manuel Pérez Castell y convertido en Filmoteca Municipal, quizá el futuro nos presente novedades para que, para ir al cine, ya no sea necesario hacer una excursión. José Antonio Tendero dixit.