Carmen Flores Sandoval: “Recuerdo cuando iba con mi hermana una vez a la semana al Cine Capitol y nos llevábamos la merienda”
/ La albaceteña triunfa ahora en su papel como Simona en la serie 'La promesa' y ha estrenado la película 'Los buenos modales' / Recuerda de su infancia la película 'Superman' y las sesiones de cine y merienda en el Capitol / Defiende que el teatro es la base de la interpretación, pero reconoce que el cine y la televisión son una oportunidad importante en el complejo mundo actoral /
Carmen Flores Sandoval (Albacete, 1972), es una acreditada actriz que hizo del teatro una de sus razones de ser. Con el tiempo y la experiencia se incorporó a la televisión y al cine, donde alcanzó el reconocimiento y popularidad que hoy atesora. Ha participado en películas como Madres paralelas, de Almodóvar, o Mi querida cofradía y Los buenos modales, dirigidas por Marta Díaz. Y en televisión ha intervenido en algunas series tan populares como La que se avecina, Las señoras del (h)AMPA y ahora, en La promesa, de RTVE, en la que se ha metido en la piel de Simona. Versátil y con una formación sobresaliente, no pierde la oportunidad de regresar a Albacete, a su calle Ancha, de reencontrarse con la familia y con los amigos. Y cuando puede, revisita El cabaret, porque los musicales le encantan.
¿Cuáles son los recuerdos que te vienen a la cabeza de niña de acudir al cine?
¿Mis primeros recuerdos de niña? Tengo una imagen vaga de ir con mi madre y mis hermanos al Cine Capitol, pero sobre todo recuerdo, siendo más mayor, ir con mi hermana una vez a la semana al Cine Capitol, y llevarnos la merienda para ver la película. Me acuerdo de toda la logística de estar preparando la merienda para esa tarde ir al cine.
Me acuerdo de toda la logística de estar preparando la merienda para esa tarde ir al Cine Capitol"
¿Y qué película conservas en tu memoria de tus años mozos?
Mira, en especial me acuerdo de Superman. Luego, siendo más mayor, cuando ya iba sola al cine, fuí a ver Mujeres al borde de un ataque de nervios en el Cine Cervantes y en la misma semana la vi en cinco o seis pases porque me encantó el mundo Almodóvar, me dejó enamorada. Recuerdo cuando estaba en el Cervantes, sentada, viendo la película y decir 'algún día estaré yo ahí dentro de esa película', y con el tiempo, ese sueño se ha cumplido con Madres paralelas, para la que me llamó Pedro Almodóvar. Por eso, recuerdo especialmente Mujeres al borde del ataque de nervios.Y claro, Amanece que no es poco y La lengua de las mariposas de José Luis Cuerda. Hay muchas películas que se me vienen a la memoria.
Naciste en 1972, año en el que se estrenaron algunas películas clave de la historia del cine, como, por supuesto, El padrino… Además del clásico de Coppola, Cabaret, El discreto encanto de la burguesía, La huella, Sueños de un seductor, Último tango en París, Mi querida señorita… la 'cosecha' es impresionante', sin duda…
Sí, 1972 fue un año muy, muy fructífero de películas, tanto extranjeras como españolas. De todas ellas me quedaría especialmente con dos, Cabaret, porque me encanta el musical, y la otra sería Mi querida señorita, ya que también es un pedazo de película en la que José Luis López Vázquez hace un trabajo impresionante.
¿Tienes predilección por algún género cinematográfico en concreto como espectadora? ¿Y cómo intérprete?
Como espectadora me gustan mucho los musicales, las comedias románticas en las que chico conoce chica y se enamoran y esas cosas. Soy de ir al cine para abstraerme con algo que me divierta, que me emocione. Me cuesta ver películas de asesinatos y gore. Por ejemplo, recuerdo haber rodado Los inocentes, en 2011, en la que interpretaba a una asesina en serie y cometía unos crímenes muy terroríficos y sangrientos. Este tipo de cine no me gusta verlo, hacerlo sí porque es muy divertido. Me quedo con musicales, con comedias románticas y ese tipo de películas. Y para hacer, pues cualquier película que tenga un personaje que me atraiga, como la que te he citado de Los inocentes, pero también comedias, como Los buenos modales o Mi querida cofradía. Para interpretar opto por la que me propongan siempre que el personaje me atraiga y haya que investigar cosas nuevas que no tengan que ver conmigo.
Repasando tu carrera, queda comprobado que eres una todoterreno, teatro, cine, televisión… ¿qué te aporta profesionalmente cada una de estas vertientes de tu trayectoria profesional?
Me gustan las tres vertientes, las tres me encantan. Pero el teatro es la base de la interpretación, una actriz se forma en el teatro, es lo que te da el fundamento, te aporta los pilares de la interpretación. Si tienes bien trabajado un personaje en teatro, luego te pueden echar cualquier cosa en una serie o en una película porque sabes cómo agarrarte bien al personaje. He hecho muchísimo teatro, empecé en el Instituto Bachiller Sabuco, con Gabriel Olivares, donde hicimos un grupo de teatro que se llamaba Zarabanda. Luego, ya en Madrid, participé en varios grupos de teatro, pasando del teatro aficionado al más profesional, compaginándolo con mis estudios de interpretación. Hubo un tiempo en el que estaba en tres compañías de teatro, una en la que ensayábamos por Ronda de Valencia, otra en el Colegio Mayor Chaminade… Digamos que para mí la base de un actor o de una actriz es el teatro, es lo que te da el callo o la base, las herramientas para enfrentarte a un trabajo audiovisual, que es más técnico, hablo de cine o de televisión, vertientes en las que dependes de una iluminación, de unas cámaras, de unas marcas en el suelo para estar en foco, y todo eso hay que añadirlo a que el personaje te lo has tenido que trabajar. Empecé haciendo teatro, muchísimo teatro, y ahora estoy haciendo más audiovisual y es simplemente ajustarte al lenguaje o bien cinematográfico o televisivo.
¿Tienes tiempo de ir al cine? ¿Cuál es la última película que has visto en la gran pantalla?
Ahora mismo tengo poco tiempo de ir al cine, me gustaría ir más e intento una vez al mes sí o sí ir al ir al cine. Ahora estoy en plena promoción de Los buenos modales, y voy muchísimo. Pero la última película que he visto ha sido 20.000 especies de abejas, me ha gustado muchísimo. Siempre intento ir al cine una vez al mes y, sobre todo, voy a ver cine español. Hay que ir al cine.
¿Qué importancia tienen hoy por hoy en el panorama audiovisual las plataformas, una gran oportunidad o la puntilla para el cine?
Con todo el tema de las plataformas, se ha diversificado más el trabajo, y eso se agradece porque realmente somos muchos actores y actrices y si hay más maneras de trabajar, tanto en televisión con las plataformas, o en cine, pues se amplía un poco más el ámbito laboral. Si tienes más opciones de trabajo, mejor para todos porque somos un montón quienes nos dedicamos a esta profesión, gente con muchísimo talento a quienes no conoce nadie. A más trabajo, más oportunidades.
Has trabajado con diversos directores, Pedro Almodóvar, Marta Díaz, Javier García… ¿Qué momento vive el cine español?
El cine español está viviendo muy buen momento, sobre todo para el cine sobre mujeres contado por mujeres, pero para todos los públicos. Ahí están profesionales como Isabel Coixet, y otras muchísimas directoras, que fueron pioneras, pero ahora se han incorporado nuevos nombres de directoras que están haciendo un cine fantástico, como Carla Simón, Pilar Palomero, Arantxa Echevarría, Marta Díaz, Paula Ortiz, Laura Ruiz de Azua…
¿Qué esperas de tu película Los buenos modales?
Espero que la gente vaya mucho al cine a verla, claro, porque estas películas hay que verlas en pantalla grande, por el tipo de fotografía, por sus colores, por la música que tiene esta película. Es para verla en el cine, en comunidad. Estar en una sala llena de gente en la que te ríes y a la vez te emocionas, y hay un momento de la película que a mí me encanta, casi al final, cuando descubrimos la razón por la que estas hermanas no se hablan, hay un instante de apnea en la en la sala, hay como una respiración suspendida cuando la gente descubre la causa de esa separación de las hermanas. Hay un estupendo trabajo técnico y artístico. Además, cuando llegas a casa te hace pensar y realmente nosotros hacemos cine, hacemos teatro y hacemos lo que hacemos para intentar que la gente modifique su manera de vivir y de pensar y que sea más abierta y si tienes rencillas, pues poder perdonarlas, y eso creo que esta película lo consigue, consigue hacerte reír y consigue también hacer que reflexiones cuando llegas a casa sobre las relaciones familiares, las relaciones personales.
¿Vienes con frecuencia a tu tierra? ¿Qué te gusta hacer cuando estás en Albacete?
Intento ir a Albacete siempre que puedo y me lo permite el trabajo. Es cierto que hay unas citas obligadas, como la Feria de Albacete, intento no perdérmela ningún año. El año pasado me la perdí, pero fue por cuestiones laborales, ya habíamos arrancado con la grabación de La promesa. También las Navidades son una fecha fija, y la última vez que estuve fue en mayo para promocionar la película Los buenos modales en los cines Yelmo Vialia, y fue una maravilla tener todo el cine lleno de amigos, familiares, gente que no me conocía, gente que me conocía desde muy pequeña, gente que me ha apoyado cuando he ido a Albacete a hacer teatro. Ya te digo, intento ir todo lo que puedo, y aprovecho para pasear por la calle Ancha, que me encanta, la han dejado preciosa. Además, mi madre vive en el centro y entonces esa zona del Altozano, paseo de la Libertad, calle Ancha, Pasaje Lodares, calle Mayor, calle Concepción… me encanta. Tomar una cervecita en una terraza, quedar con amigos, estar con la familia y desconectar. Y también si hay algún tema laboral, por ejemplo, ir a la Filmoteca.
¿Dónde estudiaste? ¿Mantienes contacto con tus compañeros?
Estudié la EGB en el Colegio María Inmaculada que, de hecho, está de centenario y en Semana Santa, que estuve en Albacete, me hicieron una entrevista como antigua alumna del colegio, me dieron un paseo por las aulas y fue muy bonito. Ahora he retomado el contacto con compañeras gracias a un grupo de Whatsapp, con la gente de mi promoción, 1985-1986. Pero también conservo amistades del instituto, cuando comencé con el teatro, y también del canto coral, porque he cantado muchos años en la Coral de Albacete cuando vivía allí, y en mi familia además hay mucha tradición coral; mi madre ha estado cantando muchos años en el Orfeón de la Mancha y mi hermano en la Schola Cantorum. Digamos que somos una familia de cánticos y sí, con gente de la Coral tengo algunos contactos de amigos con los que quedo. Y con mis amigos de toda la vida.
¿Qué piensas del humor manchego, una moda pasajera o está completamente asentado?
Me encanta el humor manchego y de hecho, soy fan de Amanece que no es poco y de Joaquín Reyes, de La Hora Chanante. Hay una obra de Gabriel Olivares que estrenamos en el año 98 que se llama A La Mancha manchega, en la que tres mujeres vestidas con el traje regional de manchegas iban al río Júcar a lavar la ropa y se iban quitando la camisa, la falda, el refajo, nos íbamos desnudando, es humor manchego 100%. Hablamos de las morcillicas espachurraicas que te comes en la Feria, hablamos de muchas cosas manchegas y ese humor absurdo y manchego me encanta. Lanzo la propuesta para Gabriel Olivares: me encantaría volver a retomar esa obra, A La Mancha manchega, que se hizo en 1998, hicimos mucha gira, luego hubo una reposición en el 2008, que estrenamos en el Teatro-Circo de Albacete, un maravilloso. Ahí le dejo el lance tirado a Gabriel a ver si la retomamos algún día.
Tu papel como Simona en La promesa, la serie vespertina de RTVE, te ha dado una gran popularidad en las últimas semanas, una serie rodada en el palacio El Rincón de Tamara Falcó… ¿no te habrá invitado a la boda?
Sí, ahora estoy metida en La promesa, con el personaje de Simona, la jefa de cocinas del palacio de los marqueses de Luján y, la verdad, está siendo una experiencia maravillosa. Nunca había hecho una serie diaria. Sí que había estado en series semanales como La que se avecina, Las señoras del (h)AMPA, Por H o por B, que era para una plataforma, La Reina del Sur, una coproducción de Netflix y Telemundo, pero era un tipo de trabajo de serie de televisión más semanal o mensual. En el caso de La promesa, hablamos de una serie diaria que lleva mucho trabajo de estudio, de tener muy claro el personaje, de llevar muy bien tu estado emocional a cada secuencia, porque al día grabamos alrededor de seis o siete secuencias para diferentes capítulos y, por lo tanto, debes tener muy claro el rácord emocional del personaje. Está siendo un aprendizaje, tanto a nivel actoral como técnico. El equipo técnico de la productora Bambú es maravilloso y hay muy buen ambiente de trabajo, que para una serie diaria es necesario, ya que las jornadas de trabajo son muy largas. Todos los exteriores se ruedan, sí, en el Palacio El Rincón de Tamara Falcó, y todo lo que es interior de palacio en unos platós que están en Leganés, donde se ha construido todo. Y no, no me ha llamado Tamara Falcó (risas) para invitarme a la boda, pero sí para que le sugiriera qué menú podía hacer en su boda. Yo no me puedo ir a la boda de Tamara Falcó porque yo soy muy fiel, Simona es muy fiel a los marqueses de Luján y entonces no puedo ir a servir a la marquesa de Griñón, porque sería una deslealtad para mis señores. Ahora sin bromas, está teniendo unas audiencias maravillosas, y se nota cuando sales a la calle a coger el autobús o el Metro, la gente te reconoce y te dice que le encanta y te pregunta cosas de la historia. Es muy muy bonito recibir el cariño de la gente que ve la serie día a día.