Un vendaval cinematográfico en el Teatro-Circo

18.06.2020

Lo que el viento se llevó se estrenó en Albacete en la Nochevieja de 1951, y fue durante años la película que más tiempo estuvo en la cartelera. La primera proyección llegó a la ciudad con 12 años de retraso respecto a Estados Unidos, ya que se presentó en Atlanta hace 80 años, en 1939


La campaña de promoción de la película se inició el 24 de diciembre de 1951. En la imagen, publicidad aparecida en el diario Albacete.

El cine es emoción, llanto, sonrisa, carcajada, congoja e ilusión, mucha ilusión. Y la llegada de una película deseada se conviertía antes, y ahora también en un acontecimiento de primer orden. Pues bien, echemos la vista atrás y pongamos el proyector apuntando al año 1939, y para ser más exactos, al 15 de diciembre de aquel año, el del final de la Guerra Civil en España. Fue entonces cuando se estrenó uno de los filmes más míticos de la historia del séptimo de los artes: Lo que el viento se llevó, ese cuento épico, histórico y romántico en torno a la Guerra de Secesión de Estados Unidos que supuso la consagración de sus protagonistas, desde el galán por excelencia, Clark Gable, en el papel de Rhett Butler, a la bella Vivien Leigh como Scarlett O'Hara, junto a otros muchos actores de la talla de Olivia de Havilland como Melanie Hamilton o Leslie Howard en la interpretación de Ashley.

Fue en un cine de Atlanta, como no podía ser de otra manera -allí se desarrolla buena parte de la trama- donde el mundo pudo ver por primera vez la cinta producida por David O. Selznick y dirigida por Victor Fleming, una superproducción de la Metro-Goldwyn-Mayer que se estima lleva recaudados desde que comenzó su carrera comercial entre 3.400 y 3.800 millones de dólares, lo que la convierte hasta 2019 en la película más taquillera de la historia.

Programa de mano de Lo que el viento se llevó editado por el Teatro-Circo para promocionar la popular y larga película.

Pero la llegada de Lo que el viento se llevó a España no fue coser y cantar. Su estreno en Estados Unidos, apenas unos meses después de que acabara la contienda nacional, y su clasificación por las autoridades de la moral, la Iglesia no fueron sino obstáculos para su aterrizaje en los cines españoles. El diario La Vanguardia recordaba en 2014, con motivo del 75 aniversario de la premier de la película basada en la novela de la norteamericana Margaret Mitchell -y que le valió el prestigioso Premio Pulitzer-, que la clasificación eclesiástica en España no ofrecía dudas, 4, gravemente peligrosa', "lo que sumió a los cinéfilos beatos en un grave dilema, ya que la visión de la obra maestra podía entrañar riesgo de excomunión". Y es que, recordaba el rotativo barcelonés, la novela de Mitchell "había conseguido compendiar en su novela casi la totalidad de los pecados humanos: infidelidad, homicidio, violación, racismo.... Todo un desafío al nacionalcatolicismo".

Y mientras medio mundo ya había contemplado las aventuras y desventuras de Rhett y de la "señorita Escarlata", en España seguíamos a la espera. El primer doblaje de la cinta en castellano se llevó a cabo por parte de la Metro en 1947, pero a la censura no le gustó un pelo, y tras los oportunos ajustes -o recortes, pónganle el nombre que quieran-, el estreno en España llegó el 17 de noviembre de 1950, tanto en Madrid, en el Palacio de la Música, como en Barcelona, donde se proyectaría en el Windsor Palace.

Publicidad insertada en la prensa local el día 31 de diciembre de 1951.

Es evidente que de cada uno de sus estrenos, reestrenos, reposiciones, restauraciones... se podría escribir un relato diferente, cargado de anécdotas, pero el primero fue el que marcó un antes y después, incluso en Albacete, en nuestra ciudad, donde en pocas ocasiones se pudo antes comprobar el músculo, la fuerza de la industria del cine con tal vigor. De hecho, cualquier detalle en torno a la cinta en aquellos años está cargado de leyenda, como las negociaciones para hacerse con la exclusiva, partida en la que se llevó el gato al agua don Bienvenido Herreros, responsable del Teatro-Circo, la "pantalla de los éxitos", según rezaba su publicidad de aquellos años. El estreno en Albacete tuvo lugar el 31 de diciembre de 1951, más de un año después desde que llegara a las pantallas de Madrid, Barcelona... y 12 años después de que se presentara en Atlanta.

La apuesta de la empresa del Teatro-Circo fue tal que ya desde días antes desplegó una importante y novedosa campaña publicitaria -para los aficionados al cine, incluso, bella por la calidad de los anuncios y programas de mano (por cierto, se aumentó la tirada de los mismos de forma notable)-, apareciendo el primer aviso en la prensa local, en el diario Albacete, en Nochebuena, el 24 de diciembre de 1951.

Pues bien, desde aquella Nochevieja de 1951 hasta el 18 de enero de 1952 la cinta, que logró hasta ocho premios Oscar, se proyectó en la pantalla del "Cine Circo" -así se publicitaba- en sesiones numeradas de tarde y noche, a las 17 y a las 21,30 horas, para domingos y festivos se programaron sesiones matinales a partir de las 10 horas.

Las localidades se vendían a precios que, para el momento, digamos que no eran populares. Según diversas fuentes, en los años 50, el coste medio de la entrada del cine rondaba las dos o tres pesetas. Pero si la película era de estreno, la cosa cambiaba y la localidad se incrementaba hasta las 12 pesetas, y hasta las 17 pesetas en los últimos años de esa década. Pues bien, para acudir a ver Lo que el viento se llevó en la capital albacetense las entradas costaban entre 15 y 18 pesetas, dependiendo de si era entrada general -o gallinero- o de patio de butacas, y en festivo, de 15 a 20 pesetas. Para los que apostaban por el cine matutino, 15 pesetas.

La campaña publicitaria fue muy variada.

Pero según la empresa exhibidora, que se aseguró la exclusividad de la cinta para "la presente temporada", esas tarifas no eran fruto del capricho, sino que las ajustaron a un programa más extenso de lo habitual, la película más los complementos de rigor -hablamos, of course, del noticiario No-Do- se prolongaban durante cuatro horas y 15 minutos, lo que, sin duda, impedía la celebración de los pases habituales en el cine cuando las cintas duraban lo tradicional, en torno a una hora y media, además de los noticiarios.

El Teatro-Circo, además, vendía las entradas con hasta seis días de anticipación y sin recargo. E incluso se podían reservar las localidades por correo o a través del recadero, un servicio más para que los aficionados al cine lo tuvieran más a mano. Durante varias temporadas Lo que el viento se llevó fue la película que más días estuvo en la cartelera, aunque fue una cinta española, El último cumplé, con Sara Montiel, la que la destronó, ya que estuvo en proyección en el Gran Hotel en 1957.

La película marcó un récord de permanencia en las pantallas albacetenses al mantenerse en la cartelera del Teatro-Circo casi 20 días.

El diario local, Albacete, se fue encargando de dar cumplida cuenta del éxito de la misma, indicando cuando cumplía la primera semana, la segunda y hasta la tercera semana en cartel. Y trataba de aclarar cualquier duda o confusión de los ciudadanos en torno al film y su proyección en el Teatro-Circo. Publicó, entre otras cosas, un anuncio explicando precios, duración, reservas... Y en otro momento trató de acallar el malestar en torno al retraso de su estreno en la ciudad, desde que comenzara a proyectarse en Estados Unidos y en España. Un remitido de los exhibidores afirmaba que "el filme ha tardado años en llegar por razones comerciales, y no son de otra índole, como se ha querido dar a entender algunas veces, pero al fin ha llegado, surgiendo en la pantalla del Teatro-Circo". En fin, ni una palabra de su calificación moral, de la censura, de un doblaje que no convencía... Desde su estreno, fueron numerosas las reposiciones de la cinta, y hasta se celebró años después un homenaje a la cinta en Filmoteca de Albacete.

Y la película volvió a estar de actualidad en junio de 2020 a propósito de la crisis provocada por los casos de discriminación racial, lo que hizo que plataformas de televisión la retiraran de sus parrillas y se convirtiera, además, en la más vendida on-line.

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