El ‘Tiburón’ que mordió la pantalla del Teatro-Circo hace medio siglo

Tiburón se estrenó en el Teatro-Circo en diciembre de 1975.
En 1975, llegó al cine y teatro de la calle Isaac Peral la popular película de Steven Spielberg, que logró una importante taquilla y generó tal pánico que "pocas veces" se observó en los cines albaceteños "una tan unánime conmoción, una sacudida tan general como la que produce la visión súbita e inesperada de sus fauces", según la crítica local
Cuando en 1975, un escualo de grandes dimensiones devoró la pantalla del Teatro-Circo, el único tiburón que conocían la mayoría de los albaceteños era el Citroën DS, ese icónico vehículo de extraña silueta que circuló por medio mundo y que despertaba curiosidad y a veces, pasiones. En no pocas fotos del Albacete de otrora se observa algún que otro 'ejemplar' aparcado en pleno Altozano.
En este 2025 se ha cumplido medio siglo del estreno de la película que cambió el mundo del cine y convirtió en una figura internacional a su creador, Steven Spielberg, cuando no tenía ni 30 años. Basada en la novela de Peter Benchley, llegó a las pantallas de Estados Unidos en el verano de 1975, convirtiéndose en el primer gran blockbuster moderno -concepto con el que se define una película de gran presupuesto y alto impacto comercial, diseñada para atraer a una audiencia masiva y generar enormes ingresos en la taquilla, especialmente durante su primer fin de semana de proyección-, recaudando más de 470 millones de dólares en todo el mundo.
Protagonizada por Roy Scheider (Martin Brody), Robert Shaw (Quint), Richard Dreyfuss (Matt Hooper), Lorraine Gary (Ellen Brody) y Murray Hamilton (alcalde Vaughn), la historia nos sitúa en un pueblo costero de Estados Unidos que vive una ola de terror por los ataques de un tiburón blanco. A pesar de los intentos del jefe de policía por cerrar las playas, los intereses económicos prevalecen, lo que desencadena una lucha entre la seguridad pública y el negocio turístico. La película fue acompañada de una ambiciosa campaña de marketing con un estreno simultáneo en cientos de cines y una inversión masiva en publicidad, además de una avalancha de productos promocionales (camisetas, tazas, juguetes) que fortalecieron su impacto.

Un momento del rodaje de la cinta.
Rodaje complicado
El rodaje fue extremadamente complicado debido a los fallos del tiburón mecánico Bruce, lo que llevó a Spielberg a sugerir su presencia en lugar de mostrarlo directamente. Esta limitación técnica se transformó en una genialidad narrativa que aumentó el terror psicológico, siguiendo la línea del suspense que Alfred Hitchcock había perfeccionado.
Spielberg usó recursos visuales como el dolly zoom (inspirado en Vértigo) y planos subjetivos que ponían al espectador en la perspectiva del tiburón. Junto a esto, la singular banda sonora de John Williams, compuesta por dos simples notas repetidas, fue clave para generar tensión y anticipación, ganando un Óscar. El uso del sonido y el silencio, en combinación con la imagen, reforzó la atmósfera de amenaza constante. Spielberg también modificó aspectos del libro original, haciendo a los personajes más heroicos y enfocándose más en la aventura y el suspense.
Pues ese fenómeno que inundó los cines de medio planeta de
terror y tensión también llegó a Albacete, al Teatro-Circo, y la
verdad es que no tardó en exceso, apenas unos meses desde su presentación
mundial. Con una medida, pero llamativa campaña publicitaria en la prensa
local, la película se estrenó el 19 de diciembre,
viernes, de 1975. Extraordinario estreno, La película del año, Extraordinaria,
Sin precedentes… rezaban entonces las carteleras del coliseo de la calle Isaac
Peral, incluyendo el título de la película en castellano, Tiburón, y
en inglés, Jaws, es decir, Mandíbulas. Estaba autorizado para
mayores de 14 años y menores acompañados.
La crítica del mítico Tendero

La crítica cinematográfica local, firmada por ilustres del ramo como José Antonio Tendero, reconocía el impacto y la fuerza de la película. Tras referirse a la "insólita preparación publicitaria, anunciadora de su estreno" -que se realizó de forma simultánea en varias ciudades españolas-, apuntaba que era producto de la "técnica americana", al crear la "ficticia realidad de un verdadero monstruo de los mares".
Con la mili que llevaba a sus espaldas el bueno de Tendero, su análisis no ahorraba ni una palabra a la hora de describir los efectos que produjo en el personal su visionado, que había dado lugar a una "psicosis colectiva". "Es difícil explorar y menos todavía traducir a palabras su fuerza de atracción que, desde su comienzo, hace que el espectador se mantenga alerta en ese terror colectivo que produce la presencia del enorme pez en una playa", escribió el maestro, apuntando que "ese pánico acaba por sentirlo también el que está sentado ante la pantalla, hasta tal punto que pocas veces he observado una tan unánime conmoción, una sacudida tan general como la que produce la visión súbita e inesperada de sus fauces".
El Gordo de Navidad para don José Olivas

A tenor de las palabras de Tendero, la cinta produjo en Albacete el doble objetivo que se buscaba: sorprender y generar una buena recaudación. Hasta el gentleman del cine en Albacete apuntaba que este filme, "cuyas abiertas fauces van a engullirse una parte considerable de la paga extraordinaria", era "un verdadero Gordo de Navidad", que le tocó al Teatro-Circo y a su gerente, José Olivas.
Lo que no llegó a ser es regalo de Reyes, puesto que se dejó de proyectar el 4 de enero de 1976, un día antes de tan apreciada y comercial celebración. Más de dos semanas que, por cierto, tendrían continuidad en fechas posteriores. De hecho, se volvió a reponer tras la Feria de ese año. Y si esta película llegó a los pocos días de morir el dictador, Francisco Franco, para las mismas fechas del óbito se estrenó Terremoto. Ahí lo dejamos.