‘El apartamento’, la obra maestra de Billy Wilder que la censura arrebató durante años a los albacetenses

26.05.2022

La película se estrenó en España dos años después de su presentación mundial porque los guardianes de la moral no la veían adecuada


Berlanga dijo en Albacete que hubiera renunciado a todo su cine con tal de haber firmado el film de Jack Lemmon y Shirley MacLaine


Nunca es tarde para ver El Apartamento, de Billy Wilder, una de las obras maestras de este cineasta nacido en el Imperio Austrohúngaro en los primeros años del Siglo XX y que encandiló con su trabajo a generaciones de aficionados al cine, algunos de ellos, tan destacados como el director valenciano Luis García Berlanga.

Wilder, quien fue cocinero antes que fraile en el complicado mundo del séptimo arte, ya que ejerció como guionista de Ernst Lubitsch y Howard Hawks, fue el protagonista de un ciclo organizado en 2001 por lo que fue la antesala de la Filmoteca de Albacete, Filmoteca Dédalus, cuyos responsables convencieron al creador de Bienvenido Mister Marshall, Plácido o La Vaquilla para que viniera a nuestra ciudad. Y él, que hacía lo que le venía en gana, gracias a Dios, aunque acudió a presentar otro clásico de Wilder, Bésame tonto, dejó unas cuantas perlas a propósito de El Apartamento, que también se vio en ese ciclo.

Dos famosas escenas de El apartamento, de Billy Wilder.

Tal es la admiración que Berlanga sentía por esta película estrenada en Estados Unidos el 15 de junio de 1960 con Jack Lemmon, Shirley MacLaine y Fred MacMurray, entre otros, que aseguró en su visita albaceteña: "Uno renunciaría con gusto a toda su carrera con tal de haber hecho una sola película: El Apartamento, que para mí resulta el mejor guion de todos los tiempos. ¿Quién no quisiera haber podido hacer el cine de Billy Wilder, tener esa mirada, siempre despierta, para ver el revés de las cosas y sacarles punta, siempre sorprendiéndonos con su imaginación genial? Pero como él mismo diría, nadie somos perfectos y nos conformamos admirando su obra, siempre inconformista, con su habilidad de meter el dedo en la llaga, riéndose de la sociedad y sus normas, acercándonos de forma brillante a la miseria del individuo".

La censura

El caso es que El Apartamento no lo tuvo fácil con la censura, ni allá, en Estados Unidos, ni en España. En Hollywood, la idea de esta película tuvo que esperar hasta los años sesenta en la cabeza del director, ya que la censura impedía tratar el adulterio en el cine en la década de los cuarenta, con un durísimo Codigo Hays, vigente desde los treinta. Una vez superadas unas cuantas barreras, y después del éxito de Con faldas y a lo loco -que la censura en España la calificó como "una película de maricones"-, Wilder, recordemos, nacido en Sucha en 1906, localidad polaca, y fallecido en 2002 en California, y el compañero de guión, el rumano I.A.L. Diamond, se marcaron un texto de categoría. Y a pesar de todo, la industria le impuso un final feliz, aunque la cinta no perdió su mordacidad y su carácter crítico con la sociedad de aquel país, en la que el sueño americano a veces no consiste en trabajar algo más que tu vecino, sino en tragar, tragar y tragar.

Y en España la cinta no llegó hasta finales de 1963, 19 de diciembre para más señas, ya que había sido prohibida fulminantemente cuando se presentó inicialmente a los guardianes de la moral. Coincidió que ya había llegado al Ministerio de Información y Turismo de Manuel Fraga Iribarne, en un intento aperturista por parte del Estado para procurar dar una imagen de una nueva España "normalizada" y abierta a Europa.

La Dirección General de Cinematografía recayó de nuevo en José María García Escudero, que fue uno de los participantes en las Conversaciones de Salamanca de 1955 promovidas por el director Basilio Martín Patino y a las que asistieron, entre otros, José Luis Sáenz de Heredia, Fernando Fernán Gómez, Fernando Lázaro Carreter, Antonio del Amo, Carlos Saura, Luis García Berlanga y Juan Antonio Bardem, que dieron paso, tras casi una década, a un nuevo Código de Censura, en 1963.

Un diario como ABC, con motivo de su estreno en Madrid en diciembre de 1963 decía de la película que "sin saber por qué" fue una película "de difícil acceso en las pantallas españolas".

Cines Gran Hotel y Cervantes

Y en Albacete, ¿qué pasó con El Apartamento? El cuaderno de cabina del Cinema Gran Hotel señala que la cinta de Wilder se estrenó en esta elegante sala en marzo de 1965, ¡cinco años después de su presentación mundial y tres después de hacerlo en España. Es decir, que los cines albaceteños y los aficionados de esta ciudad tuvieron que esperar al menos un lustro para ver esta cinta por primera vez.

Ya, en plena transición, en concreto, el 30 de marzo de 1979, un viernes en el que curiosamente, fue investido presidente del Gobierno Adolfo Suárez, la cinta se pasó de nuevo, en este caso, en el Cine Cervantes de la calle de la Feria, pero apenas aguantó cuatro días, hasta el 3 de abril. El 4 de abril fue relevada por Cabo de Vara, un drama carcelario de Raúl Artigot, con Santiago Ramos al frente. Eso sí, era una época de grandes estrenos comerciales, desde Superman a La Guerra de las Galaxias, Grease, Fiebre del Sábado Noche o El cazador.

El periodista y crítico cinematográfico Demetrio Gutiérrez Alarcón, que durante más de 40 años estuvo siguiendo la actualidad cinematográfica, y de hecho, formaba parte del Círculo de Escritores Cinematográficos, recordó en 1979 en el Semanario Crónica -que él mismo fundó-, lo siguiente: "Billy Wilder fue un especialista de la cinecomedia, quizás sólo comparable a Ernest Lubitchs -en la etapa anterior a la moderna comedia americana de la que es primera figura indiscutible Blake Edwards-, y lo demuestra en El Apartamento, un film que puede verse sin traumas cronológicos a pesar de los ¡19 años! transcurridos desde que fue realizado. Prohibido entonces, sin duda, por razones morales de fondo, llega ahora con gracia y lozanía, salvo en los vestidos femeninos. Jack Lemmon, Shirley MacLaine y Fred MacMurray aparecen hechos unos chavales".

Cine Cervantes de Albacete
Cine Cervantes de Albacete

La película encandiló a Hollywood, y logró cinco premios Oscar, entre ellos el de mejor director y mejor película, lo que la convirtió en obra maestra. La cinta cuenta la historia de C.C. Baxter (Jack Lemmon), modesto pero ambicioso empleado de una compañía de seguros de Manhattan. Soltero, reside solo en un cómodo apartamento que presta de forma periódica a sus superiores para sus citas amorosas. Tiene la esperanza de que estos favores le sirvan para mejorar su posición en la empresa. Pero la situación cambia cuando se enamora de una ascensorista (Shirley MacLaine) que resulta ser la amante de uno de los jefes que usan su apartamento (Fred MacMurray).

Curioso fue su estreno en Berlín Oriental, donde alcanzó un gran éxito, por lo que Wilder fue invitado a un coloquio. Los berlineses le dijeron que había reflejado fielmente la decadencia de Occidente. El cineasta respondió que lo que la película contaba podía haber ocurrido en Roma, París o Londres, pero nunca en Moscú. Entonces le interrumpieron con grandes aplausos. Y el cineasta apuntó: "Esto no podía haber ocurrido en Moscú, porque en cada apartamento viven diez familias".

En su visita a Albacete de 2001, Berlanga cerró su intervención afirmando: "Si para Fernando Trueba, Billy Wilder es Dios, para otros puede ser el diablo burlón, eternamente travieso, transgresor y brillante en todas sus ideas. Un cineasta al que debemos muchos de los mejores momentos de nuestra vida. Si nadie es perfecto, él, en ocasiones, lo parece".

Por cierto, que en esa visita a la capital albacetense, entre otras cosas, el director valenciano reclamó que -como ya había propuesto José Luis Borau como presidente de la Academia de Cine- "berlanguiano" quedara incorporado como adjetivo al diccionario de la Real Academia de la Lengua (RAE), lo que llegó en 2020.

Berlanga en Albacete. / MANUEL PODIO
Berlanga en Albacete. / MANUEL PODIO

berlanguiano, na

1. adj. Perteneciente o relativo a Luis García Berlanga, cineasta español, o a su obra. Estudios berlanguianos.

2. adj. Que tiene rasgos característicos de la obra de Luis García Berlanga. Una situación berlanguiana.

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