Cuando Mickey ganó la batalla al Ratoncito Pérez

01.01.2024

En sus primeros escarceos por las pantallas cinematográficas albacetenses y del resto del país, el popular personaje de Disney era presentado con el nombre del roedor encargado de retirar los dientes de leche de los más pequeños


Otros personajes animados de la época, como El gato Félix y Oswald el conejo, también fueron rebautizados de cara a su público español


Érase una vez un ratón de nombre Mickey Mouse al que llamaron Ratoncito Pérez... 23 de mayo de 1931. La cartelera del diario local Defensor de Albacete anunciaba la proyección en el Teatro Cervantes, tanto en sesiones de tarde como de noche, de la "extraordinaria película" Cuatro de Infantería, de Georg Wilhelm Pabst, completando el programa con la proyección de las cintas sonoras Bailes rusos y Mickey en la Feria, "a cargo del Ratoncito Pérez", apuntaba el rotativo.

Quienes ese día acudieron al Cervantes, el gran cine y teatro de la calle Ancha, no imaginaban que estaban ante una película protagonizada por uno de los personajes de ficción más importantes del mundo, el ratón Mickey, que ha superado con creces el paso del tiempo. Y, es más, es el icono de una de las compañías cinematográficas más importantes de la historia: Walt Disney. Sí, porque por cosas de la vida, quizá, para hacerlo más español, al ratón Mickey, en sus primeros pasos en España, se le llamó ratoncito rérez o Ratón Pérez. Y esta película, Mickey en la Feria, se da la circunstancia de que era la primera en la que el ratón de Disney hablaba.

De forma repetida

No se trata de una anécdota, porque de forma reiterada, y no sólo en la prensa local, al ratón Mickey se le llamaba por su homólogo español, ratoncito Pérez, cuyo origen más probable es que fuera una creación del jesuita Luis Coloma, por petición de la Reina Regente María Cristina, para el Rey Alfonso XIII (Budy, como ella le llamaba), cuando éste tenía aproximadamente ocho años y se le cayó un diente de leche, aunque hay otras teorías al respecto.

Mickey fue creado por la compañía de Walt Disney en noviembre de 1928, siendo su primer cortometraje Steamboat Willie, animado y en blanco y negro, en el que el famoso ratón quería pilotar un barco de vapor. Otra cosa bien distinta es si fue el propio Elías Walter -nombres de pila del coloso de la animación- el que realizó los trazos correspondientes hasta dar con este emblema de los dibujos animados o si, como aseguran muchos estudiosos, fue del lápiz de otro dibujante, Ub Iwerks, del que nació por encargo de Disney este popular ratón, al que, eso sí, el rey de la ilusión infantil imprimió su personalidad y carácter, además de darle su voz.

El caso es que cuando el famoso roedor animado llegó a España, casi dos años después de nacer para el mundo, sus primeros distribuidores españoles -Febrer y Blay S.A., en Barcelona y Filmófono, en Madrid- debieron pensar que a Mickey no le conocía nadie, y sí al ratoncito Pérez. Y así fue que se comenzó a publicitar esta serie de cortos animados de Disney bajo ese nombre. Es más, en aquellos años se hizo muy popular un tema musical, un foxtrot llamado Mickey, interpretado por Hall Swain and His Band, y que, en la versión española, a cargo de Jaime Planas y su Orquesta, se llamó también Ratoncito Pérez, temas muy radiados en las ondas de EAJ 44, Radio Albacete.

No fue la primera vez en la que los albacetenses vieron en la gran pantalla a Mickey, ya que el 15 de mayo de 1931 se proyectó en el Cervantes la película La casa encantada, de 1929 -presentada también en la ciudad en alguno de sus pases como La casa de los duendes-, y probablemente antes, el ratón Miguelín -así se le llamó en la tira publicada en La Vanguardia durante varios años con los derechos en exclusiva- ya se paseó por las pantallas albaceteñas.

Periquito y el gato Félix

Tampoco fue la primera ocasión en la que los albacetenses acudieron al cine para ver dibujos animados. Años atrás ya se proyectaron en las pantallas locales películas animadas. Sin ir más lejos, el 11 de noviembre de 1927, El Defensor de Albacete daba cuenta de la cartelera del Teatro Cervantes, en el que se presentó esa tarde "la película de dibujos animados, en una parte, Aventuras de Periquito". ¿Y quién se ocultaba tras el nombre de Periquito? Félix el gato. Y es que Gato Periquito o simplemente Periquito fue la traducción más frecuente en España del popular Felix the cat en los cortos de animación estrenados en los cines a mediados de los años veinte del pasado siglo, lo que llegó también a convertirse en el apelativo habitual de los seguidores del club de fútbol Espanyol, todavía vigente, gracias a los chistes de un humorista, Castanys, para semanarios de la época.

Hay que recordar que Mickey Mouse no fue la primera creación de Disney y su compañía, sino que fue el conejo Oswald, en España llamado Blas el conejo, un personaje del que el animador hizo una serie de caricaturas, pero del que perdió los derechos, y de ahí que inventara al ratón Mickey.

Estrellas del sonoro

Enseguida, tanto el gato Félix, como Mickey, como el conejo Oswald se convirtieron en estrellas del celuloide cuando el cine dejó de ser silente y pasó a ser parlante. Antonio Barbero, el popular crítico cinematográfico e ilustrador del diario ABC, escribía en las páginas de este rotativo en diciembre de 1930 que "el éxito innegable del cine sonoro, aparte de los noticiarios, han sido las películas de dibujos. Cuando nacieron a la vida el gato Félix y el conejo Blas, encontraron enseguida la admiración del público, limitado entonces, mitad intelectual, mitad infantil. Hoy, el sonoro ha hecho que la popularidad de los graciosos artistas llegue a todo el mundo, y que sus cintas, lo mejor del programa el 99 por ciento de las veces, sean esperadas con impaciencia por todos los espectadores".

Apuntaba el crítico nacido en Guadalajara que "Mickey, el ratoncito Pérez" había nacido "de una nota musical perdida en el espacio", para añadir que "agota en cada nueva aparición las posibilidades del pentagrama en la pantalla y comunica a todos los elementos de sus cintas la alegría que rebosa de su cuerpecillo exiguo". "Los tres -subrayaba Barbero-, han hecho que las películas de dibujos hayan encontrado enseguida la certera aplicación de los ruidos, dando al cine sonoro el concepto que la palabra no encuentra en su desesperada lucha por situarse en la pantalla".

Michey y el conejo Oswald.

Betty Boop.

El hecho es que las películas de Disney protagonizadas por Mickey se sucedían en las pantallas albacetenses, que compartían cartelera con otras creaciones animadas, además de Félix el gato y Blas el conejo; nos referimos a los ideados por otro de los grandes de esta industria, Max Fleischer, autor de series como Popeye, Betty Boop o Koko el Payaso, personaje que ya aparece en los programas albacetenses en 1928.

Con el paso de los años, fueron Mickey y los sucesivos personajes de la factoría Disney quienes se hicieron con el favor mayoritario de los albacetenses, hasta tal punto que los cines locales le dedicaban incluso homenajes, como el celebrado en junio de 1935 en el Teatro Cervantes, y anunciado para el 7 de junio en portada de la siguiente forma: "La creación del artista de fama universal Walt Disney, Mickey, suma compendio de todas las gracias y símbolo afortunado de un humorismo lleno de finezas exquisiteces. En honor del dibujante ilustre se celebrará mañana -es decir, el día 8 de junio de 1935- las 4,30 de la tarde una función infantil en el Teatro Cervantes", proyectándose el siguiente programa: Noticiario Fox; Gran gala Mickey, Mickey futbolista y Mickey aprendiz, en blanco y negro, y en color, Los enanos del bosque y el Rey Neptuno, Los tres cerditos y El lobo feroz, todos estos últimos cortos pertenecientes a la serie Silly Symphonies, sinfonías grotestas o tontas, según su traducción literal al castellano.

A la venta

Con el tiempo, las películas de Mickey Mouse se pusieron a la venta en comercios de la ciudad, como el regentado por Enrique Ruiz Rosell, director del Defensor de Albacete, en la calle Mayor, para quienes disponían en 1936 de proyector propio -el mismo empresario y periodista comercializaba los cinematógrafos domésticos Pathé Baby-, o, quizá, se hicieron con uno en los sorteos que realizaba por entonces Radio Albacete. Y en caso contrario, había que arreglarse con la revista infantil Mickey, de la editorial Molino, y dirigida desde Barcelona por José María Huertas.

Y así fue cómo Mickey 'venció' al ratoncito Pérez. Aunque ahora, la casa Disney tiene por delante otra dura batalla: Y es que en este 2024 este personaje, en lo que respecta a su primera aparición, la de noviembre de 1928, ha pasado a ser de dominio público, a menos que haya algún cambió en las leyes de Estados Unidos para impedirlo, en lo que trabajan desde hace tiempo los abogados de la multinacional norteamericana.

Y colorín colorado, este cuento (de cine) se ha acabado.

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