Cuando la lluvia impidió el rodaje de una película UFA en Albacete

30.11.2022

En 1935, Lufthansa produjo una cinta documental de su servicio aeropostal, con parada en el aeródromo de Los Llanos, pero una jornada desapacible impidió el rodaje


Un Junkers Ju52/3m, que llegó a la ciudad cargado de excelentes profesionales de los estudios alemanes, transportaba abundante material cinematográfico que ni siquiera fue desembarcado


Fotograma de la película 'Las letras vuelan sobre el océano', con el Junkers Ju-52/3m que tomó tierra en el Aedródromo de Los Llanos en mayo de 1935.

Fue el 26 de mayo de 1935, un domingo en una arisca primavera, cuando un avión trimotor, imponente, de casi 19 metros de largo y seis toneladas de peso, aterrizó en el Aeródromo de Los Llanos. Avisada la torre de control, el aparato, un Junkers Ju 52/3m, con matrícula D-Akys de la compañía germana Deutsche Lufthansa tomó tierra en las pistas albacetenses en torno a las nueve de la mañana.

La noticia fue argumento de portada en los dos diarios locales, El Defensor de Albacete y El Diario de Albacete. Y no porque Albacete no tuviera tradición aérea. Desde el inicio de la década de los diez la ciudad ya 'volaba' al organizarse en torno a la Feria festivales aéreos y otros acontecimientos puntuales en las llamadas eras de Santa Bárbara. Luego siguieron los aeródromos de La Torrecica y Los Llanos y la puesta en marcha de una escuela de pilotos, impulsada por la Compañía Española de Aviación (CEA), que formó a civiles, pero también a profesionales militares y navales, datos a vuelapluma que demuestran que Albacete fue una de las cunas de la aviación en España, y todavía hoy es una potencia en la materia, con la Base Aérea de Los Llanos, 'casa' del Ala 14; la Maestranza Aérea y el Programa de Liderazgo Táctico, TLP, acrónimo de su designación en inglés, Tactical Leadership Programme.

Plano aéreo rodado durante el recorrido del servicio aeropostal de Lutfhansa y cabecera de la película 'Briefe fliegen über den Ozean', de los estudios UFA.

Pero volvamos a esa mañana de 1935, de copiosa lluvia, cuando llegó al aeródromo manchego este JU-52/3m cuya misión era el rodaje de una película, de un documental de la Universum Film AG, más conocida como UFA, titular de los estudios cinematográficos más importantes de Alemania durante el periodo de mayor brillantez durante la República de Weimar y también en la Segunda Guerra Mundial. Bajo el título de Las letras vuelan sobre el océano -Briefe fliegen über den Ozean, en alemán-, la película era una loa del servicio aeropostal de Lufthansa, que no sólo atendía al continente europeo, sino que saltaba el 'charco', llegando a Sudamérica. Tras años de pruebas, el primer vuelo postal de Lufthansa con sus potentes Junkers en el operativo a Sudamérica está fechado el 5 de febrero de 1934.

De Alemania a Sudamérica

Y un año después, la compañía germana decidió rodar este documental para 'vender' las bondades de su servicio aeropostal, con el que además querían mostrar los paisajes y ciudades que conformaban su kilométrico recorrido aéreo, desde Alemania, a Bathurst, en Gambia, pasando por Marsella, Barcelona, Albacete, Sevilla y Las Palmas de Gran Canaria. Tras cruzar el Atlántico en un hidroavión Dornier Wal catapultado por un buque -en estos viajes se utilizaban dos, Westfalen y Schwabenland -, de nuevo, el correo retomaba el vuelo con destino a los diferentes puntos de reparto en Sudamérica, desde Brasil a Argentina a bordo de los aparatos de la Condor Syndikat, línea aérea brasileña de capital alemán. Y con el tiempo, y por temporadas, todo el recorrido transatlántico era cubierto por el Graf Zeppelin en vuelos pendulares. Toda una operación de logística intercontinental cuyo objetivo era agilizar el intercambio del correo entre ambos continentes.

A bordo del Ju-52/3m que llegó a Los Llanos, la tripulación habitual, es decir, el piloto -en este caso, apellidado Raetis-, un mecánico, un radiotelegrafista y dos ayudantes. Y junto a este equipo, como delegado del Gobierno, el entonces teniente de navío Federico de Salas y Pintó, perteneciente a una laureada y reconocida familia militar, y que ya conocía Albacete, puesto que en 1928 ingresó como alumno en la Escuela Aérea con sede en la ciudad. Junto a él, el barón Georg Von Winterfeld, delegado en España en Lufthansa , que a lo largo de su carrera en la aerolínea abrió nuevas operaciones como los vuelos hacia tierras canarias y que, por cierto, trató sin éxito de evitar que un Ju-52 de los enviados por Hitler como apoyo a Franco en la Guerra Civil cayera en manos republicanas. Pero esa es otra historia.

Prestigiosos cineastas

En el D-Akys viajaban, además, Fritz Kallab, un prestigioso director de documentales, y Gerard Müller, operador cinematográfico. Y como carga, "abundante material cinematográfico" para el rodaje de una "película de propaganda", la citada Briefe fliegen über den Ozean sobre el recorrido de la línea aeropostal, indicaba la noticia de El Defensor de Albacete, a lo que añadía El Diario de Albacete que "por lo desapacible del día y la lluvia incesante, no pudieron rodar ninguna cinta al paso sobre nuestra capital". Lo que sí hizo el Junkers trimotor fue "abastecerse de gasolina" para partir a Sevilla y Las Palmas "a las 10.20" horas de esa mañana dominical, según ambos rotativos.

© AMA
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En el Archivo Municipal se guardan varias fotos de aparatos trimotor Junkers. En el reverso de esta imagen se dice: "Avión Ju-52 de la Compañía Lufthansa en escala en Los Llanos como base de la línea hacia Hispanoamérica con los Zeppelin".

La película se rodó con impresionantes imágenes del resto del recorrido, y su estreno tuvo en Brasil, en 1936, uno de sus momentos estelares, al formar parte del programa inaugural del UFA Palácio en São Paulo, un impresionante cine que fue calificado como de los modernos de su época en cuanto a tecnología y diseño, obra del arquitecto icono del modernismo brasileño Rino Levi.

Resulta curioso que con el tiempo, el documental fue incluido en la lista de películas calificadas como 'nazis' estrenadas en Estados Unidos desde que Adolf Hitler llegó a la cancillería alemana hasta que el país norteamericano entró en la Segunda Guerra Mundial. Así se explica en el libro Nazi Films in America 1933-1942, de Harry Waldman, donde se indica que se trataba de películas -se da cuenta de medio millar de títulos- de propaganda "pobremente disfrazadas" producidas por los mejores estudios de Alemania.

El avión terminó en manos de 'Iberia'

© Aviation Corner
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Y el avión en cuestión tiene también su particular historia, ya que terminó formando parte de la incipiente flota de la compañía Iberia. Rebautizado como Ebro con matrícula EC-AAH, causó alta en España el 20 de marzo de 1941; fue retirado del servicio el 26 de marzo de 1946 y desguazado finalmente el 19 de octubre de 1950. Hay que recordar que Iberia nació como una filial de Lufthansa, que con el tiempo fue nacionalizada y que se restableció al comienzo de la Guerra Civil, operando desde zonas ocupadas por las tropas franquistas. El tráfico aéreo se recuperó primero con aviones de Lufthansa, que luego fueron fletados por Iberia y en ocasiones volaron con tripulaciones mixtas. En junio de 1939 se adquirieron siete Ju 52/3m, y, desde 1941 se incorporaron otras seis máquinas.

En fin, así fue la historia de una película tildada de 'nazi' que pudo ser rodada en Albacete, y que la lluvia impidió. Luego llegaría la dictadura y la pertinaz sequía... de libertad.

Una misión periodística en 1930

No fue la primera vez en la que un impresionante Junkers trimotor llegaba a tierras albacetenses. Fue cinco años antes, el 19 mayo de 1930, cuando un aparato GR-24 de 12 plazas, matrícula D-1089, con un grupo de seis periodistas llegó al Aeródromo de Los Llanos para realizar una parada técnica en su recorrido desde Berlín a Sevilla y viceveresa con la misión de informar de la velocidad en la que se podía recorrer el continente europeo a bordo de estos aparatos. En el Archivo Municipal de Albacete se custodian unas imágenes de ese vuelo. La misión fue toda una noticia de portada y tanto la tripulación como los informadores fueron agasajados en la escuela de pilotos albaceteña, que dirigía entonces el capitán Juan Bono.

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